¿La carne provoca cáncer?
El pasado 26 de octubre, la OMS , a través de la Agencia Internacional
de Investigación del Cáncer, hacía público un comunicado en el que evidenciaba
la relación del cáncer colorrectal con el consumo de carne procesada y de carne
roja.
Esta avalancha de información,
con noticias en muchos casos contradictorias sembró desconcierto entre la
opinión pública a nivel internacional.
¿Qué es lo que decía realmente el comunicado?
Citaremos antes, como dato de
interés de referencia, que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer,
publicaba de igual modo en el mismo documento una guía básica de Clasificación
de Carcinógenos, en la que se establecía lo siguiente:
- La carne procesada se clasifica en el grupo 1 de
esta guía de carcinógenos , con evidencia suficiente en humanos, por
existir relación causal
establecida.
- La carne roja se clasifica en el grupo 2 de esta
guía de carcinógenos, por existir evidencia limitada en humanos y
evidencia suficiente en animales.
Entonces, a la luz del comunicado
y de la citada Guía ¿es tan peligroso para nuestro organismo el consumo de
carne procesada y de carne roja?
En mi opinión, y después de leer
detenidamente el artículo, las conclusiones de la IARC no se realizan en
términos absolutos, sino más bien en términos relativos.
Según las conclusiones de la Agencia , el consumo de una
ración diaria de 50 gramos
de carne procesada aumentaría en un 17-18% la probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal. En el caso
de la carne roja, una ración diaria de 100 gramos , sería la que
pudiera aumentar en un 17% el poder desarrollar cáncer. Pero influyen otros
factores.
En esta linea, se puede
desprender de este estudio las evidencias exitentes derivadas del consumo de
las sustancias contenidas en los citados alimentos, esto es, la relación que
tiene la ingesta de componentes contenidos en estas carnes. Porque, en mayor o
menor mediad, también tienen relación
directa con el cáncer.
¿A qué se debe dicha relación?
Está unida de dos formas:
1.- En el caso de la carne
procesada, serán las sustancias como los conservantes, antioxidantes,
excipientes, tratamientos de ahumado,
etc.
2.- En el caso de las carnes no
tratadas, el riesgo irá asociado más directamente a la alimentación del animal
y al uso de anabolizantes, esteroides y otros que se hubieran podido emplear,
Vamos a citar algunas de ellas:
Aroma de humo: Su obtención bajo tratamiento térmico puede generar
la formación de compuestos sospechosos de ser carcinógenos, como hidrocarburos
aromáticos policíclicos (HAP).
Especias: Las especias son susceptibles de contener micotoxinas, es
decir toxinas producidas por hongos. Muchos de estos compuestos son muy tóxicos
incluso a dosis muy bajas. La legislación regula su presencia como por ejemplo
las toxinas aflatoxina y ocratoxina, en especias tales como: pimienta, cayena,
nuez moscada, cúrcuma, pimentón…
Aditivos como nitratos y nitritos:
Estos componentes se emplean en
algunos productos cárnicos a los efectos de preservar cualidades
organolépticas, potenciar el color rosado de algunos productos ( por ejemplo el
salchichón) e inhiben el crecimiento microorganismos patógenos. Los nitratos no
son tóxicos, el problema es que la microbiota intestinal puede transformarlos a
nitritos, que si son tóxicos en cantidades relativamente pequeñas. Los nitritos
oxidan la metamioglobina, con lo que esta deja de realizar su función que no es
otra que la de transportar oxígeno.
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